Por Manuel Toro Bustamante y Michel Figueroa Mardones
Docentes de la Carrera de Administración Pública
Universidad de O’Higgins
Olvidados y desprovistos de cariño, relegados a administrar los problemas que el Estado no quiere ver directamente como el aseo y ornato, la gestión de centros de salud, escuelas, desarrollo comunitario y planificar el ordenamiento de las comunas. Los municipios son la expresión cotidiana del Estado en la vida de las personas y constituyen el principal intermediario y responsable para la resolución de necesidades y problemas públicos, buscando proveer a las personas de bienes y servicios esenciales para su diario vivir.
Sin embargo, la mayoría de los 345 municipios del país cuentan con infraestructura defectuosa, acceso precario a tecnología y una alta brecha digital, una alta burocracia y un bajo número de personal para realizar las diversas funciones que deben cumplir y una escasa capacidad presupuestaria para atraer personal altamente calificado. Sin la necesidad de entrar en mayores detalles, es importante señalar que sólo un tercio del total del personal que ejerce labores en estas instituciones son profesionales según datos de la AMUCH y perciben remuneraciones casi un 30% más bajas que en otras reparticiones públicas.
El contexto antes descrito, explica la generación de un importante problema, donde dichos elementos se convierten en factores determinantes para impactar – para bien o para mal -en las condiciones de vida que tendrán las/os habitantes de cada comuna en el presente y futuro. La evidencia empírica, ha mostrado que el lugar en que se nace y vive es determinante con relación a las desventajas o privilegios que se obtendrán a nivel de servicios básicos, acceso a salud y educación de calidad, un mejor nivel de ingresos y respeto en condiciones relevantes para el Chile actual, como lo son el respeto y la equidad de género y la salud mental, impactando directamente en las posibilidades de desarrollo personal y profesional de quienes allí viven.
Por ello, si queremos poner en el centro del quehacer estatal a las personas, no debemos olvidar que los municipios también son el Estado, que la única forma de construir servicios de calidad, probos y que permitan condiciones de vida aceptables para todos los habitantes del país es repensar su sistema de financiamiento, generar los incentivos para poder atraer personas calificadas a los puestos claves, reforzar en la formación de futuros profesionales la importancia en el impacto público que tienen los gobiernos locales y el trabajo a nivel regional para dotar de la infraestructura (física y humana) necesaria que les permita cumplir las funciones que se les ha encomendado y mejorar la experiencia de quienes los visitan.
En octubre 2024 nuevamente se vivirá un proceso eleccionario que pondrá en el foco de la discusión a los municipios, pero… ¿es pertinente discutir su importancia sólo cada 4 años? Nuestra respuesta es un rotundo “No”, ya que los desafíos son grandes a nivel de innovación, competitividad y colaboración a nivel regional, y una implementación total de la ley de transformación digital al año 2027 requieren de un trabajo conjunto de los distintos actores que conviven en cada una de las comunas que compartan el objetivo común de priorizar la gestión municipal para mejorar la instalación del Estado en los territorios.