Una opción viable para enfrentar la crisis del agua en Chile
Hoy debemos pensar en cambiar nuestra relación con el agua. Estamos en un punto de inflexión sin vuelta atrás, la crisis es inminente y muchos territorios ya están sufriendo el efecto de su escasez o mala calidad.
En enero de 2018, BBC Mundo publicó una noticia titulada «Día cero»: 4 claves para entender por qué Ciudad del Cabo puede ser la primera gran ciudad del mundo en quedarse sin agua”, refiriéndose incluso a abril de ese año, como la fecha en que ya no saldría más agua de los grifos en la ciudad. El mismo medio, un mes más tarde, publicó que “según las proyecciones de expertos respaldados por la ONU, la demanda global de agua potable sobrepasará el suministro en 40% para el año 2030, gracias a una combinación de factores como el cambio climático, la acción humana y el crecimiento demográfico”. En esta nota, menciona 11 grandes urbes que podrían sufrir el mismo problema: Sao Pablo, Bangalore, Pekin, El Cairo, Moscú, Yakarta, Estambul, Ciudad de México, Londres, Tokio y Miami.
Más evidencias, el Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019 – “No dejar a nadie atrás”, indican que “si la degradación del medio ambiente natural y las presiones insostenibles sobre los recursos hídricos mundiales continúan al ritmo actual, el 45% del PIB global, el 52% de la población mundial y el 40% de la producción mundial de cereales estarán en riesgo para el 2050”.
Transición Hídrica, una mirada esperanzadora para el agua
El agua es un motor de cambio. No solo mueve a la naturaleza y los procesos que posibilitan la vida, sino también, ha motivado importantes saltos de desarrollo para la humanidad en lo económico, social y cultural como por ejemplo la tecnología de riego, la infraestructura de almacenamiento y distribución, disminución de enfermedades e incluso, la revolución industrial no habría sido posible de no ser por los motores a vapor.
Es momento de hacer un cambio y convertirnos en el motor que requiere este recurso para salir de su trance y darle la oportunidad de seguir contribuyendo a la vida del planeta y al bienestar de la sociedad.
En Chile, país que a pesar de sus extraordinarias reservas de agua se encuentra dentro de las 30 naciones con mayor riesgo hídrico a nivel mundial, la iniciativa Escenarios Hídricos 2030 muestra que el cambio es posible. Coordinada por Fundación Chile, Fundación Futuro Latinoamericano y Fundación Avina, y luego de más de dos años de trabajo, acaba de lanzar la publicación “Transición Hídrica: El Futuro del Agua en Chile”.
A través de un proceso de diálogo multisectorial de más de dos años, 55 instituciones públicas, privadas, ONGs, academia y actores territoriales, lograron consensuar temas relevantes y posibles soluciones a la problemática del agua, materializadas en una publicación que propone una nueva mirada hacia el recurso.
“Transición Hídrica: El Futuro del Agua en Chile”, muestra los escenarios hídricos posibles en seis cuencas, Copiapó, Aconcagua, Maipo, Maule, Lebu y Baker, en el caso de seguir haciendo lo mismo, y en el de un futuro deseable.
La inédita propuesta de gestión del agua en Chile se basa en una transición hídrica para abordar la brecha existente que considera cuatro ejes: En primer lugar, la gestión e institucionalidad del agua, como el engranaje fundamental que moviliza y habilita soluciones en el corto, mediano y largo plazo. En segundo término, se apunta a proteger y conservar los ecosistemas hídricos, dado que son la base fundamental para la vida, prestadores de múltiples servicios ecosistémicos y cualquier desarrollo posible. El tercer eje destaca a la eficiencia y el uso estratégico del recurso, que apunta a manejar la demanda de agua en forma responsable. Asimismo, se invita a avanzar en la priorización en el uso recurso, donde se garantice el derecho humano al agua. El último eje es la migración e incorporación de nuevas fuentes de agua, donde los usuarios intensivos del recurso deben desacoplarse de las fuentes de agua natural en la cuenca, dejándola disponible para otros usos vinculados a la conservación y mantención de procesos vitales.
Además, la iniciativa contribuye con un portafolio de más de 200 soluciones analizadas desde la perspectiva legal, económica, social y ambiental. Este material, en coherencia con la propuesta de Transición Hídrica, muestra que las intervenciones y soluciones necesarias pueden ser distintas a las que se han discutido durante mucho tiempo, casi como si fueran las únicas alternativas.
Es así como hay un conjunto de soluciones que, además de aportar un volumen alto y medio para cubrir la brecha hídrica, tienen los menores costos de inversión relativo, impactos ambientales positivos (84%) para la recuperación y conservación de los ecosistemas hídricos, una institucionalidad pertinente para ser implementadas en un corto plazo (52%) y con bajos impactos sociales (80%) que puedan llevar a conflictos. Esto indica técnicamente que se puede comenzar con la Transición Hídrica para disminuir la brecha existente y que el diálogo entre los distintos actores, pese a sus divergencias, es posible. El cimiento del camino para el viaje ya está emplazado.
Andrés Pesce, Gerente de Sustentabilidad de Fundación Chile explicó que la contribución de la iniciativa será la base para la priorización de medidas, que depende de cada territorio. “El siguiente paso es ahondar en una conversación más específica y granular, y ahí generar la discusión para no quedarnos paralizados en un pantano que ya no tiene agua”. Y recalcó: “o nos ponemos de acuerdo o limitaremos nuestro desarrollo. La discusión ha estado trancada en la reforma al código de aguas y tenemos que entender que podemos hacer muchas acciones que no puede resolver el código”.
Hoy existen más de 40 organismos del Estado relacionados a la gestión del agua y no contamos con políticas hídricas, capacidades o recursos para hacer frente a la actual situación y dar seguridad hídrica a futuro. Si seguimos en el mismo rumbo, en el futuro el agua será una limitante para el desarrollo de nuestro país”
Ulrike Broschek – Líder Escenarios Hídricos 2030
Finalmente, cabe destacar que si un 44% de las causas a los problemas hídricos -otro de los resultados que muestra la publicación- está relacionado con la gestión y gobernanza, es innegable que se requiere de un liderazgo a nivel nacional y el compromiso de todas los actores públicos, privado y ciudadanía, que empujen el motor de cambio para la seguridad hídrica. “Hoy existen más de 40 organismos del Estado relacionados a la gestión del agua y no contamos con políticas hídricas, capacidades o recursos para hacer frente a la actual situación y dar seguridad hídrica a futuro. Si seguimos en el mismo rumbo, en el futuro el agua será una limitante para el desarrollo de nuestro país”, señaló Ulrike Broschek, Directora de Escenarios Hídricos 2030.
Fuente: Fundación Futuro