· El primer domingo de julio se celebra el Día Internacional de las Cooperativas, fecha fijada por la ONU hace 29 años.
Las cooperativas son definidas como asociaciones autónomas de personas que se apoyan y ayudan mutuamente, mejorando así las condiciones económicas y sociales, por medio del trabajo conjunto que está orientado al bien de todos los asociados.
La labor de ellas es reconocida mundialmente y, en 2023, la ONU tiene como lema de su Día Internacional: “Cooperativas: socios para un desarrollo sostenible acelerado”. Ello se explica porque en su forma de trabajar, en sus principios, está: salvaguardar las relaciones comunitarias, mejorar los recursos locales, abogar por la responsabilidad social y adoptar prácticas comerciales sostenibles y de largo plazo.
Como sostiene Francisco Serón, docente del electivo en Asociatividad y Cooperativismo Agropecuario de la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ECA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH) y gerente de la Unión Nacional de la Agricultura Familiar Campesina Cooperativa, estas organizaciones cumplen funciones que “van más allá de lo estrictamente económico, ya que por sus formas de gestión contribuyen a una mayor integración y cohesión social. Cabe recordar que las cooperativas buscan el beneficio económico, social y ambiental de sus asociados”.
“Existen distintos tipos de cooperativas”, explica Francisco Serón. En Chile, la Ley General de Cooperativas indica que existen cooperativas de: trabajo, agrícolas, campesinas y pesqueras. Asimismo, están las de servicios, cuyo objeto es distribuir bienes y proporcionar servicios de toda índole, preferentemente a sus socios, siendo estas las cooperativas: escolares, de abastecimiento y distribución de energía eléctrica; de abastecimiento y distribución de agua potable; de vivienda, de ahorro y crédito y cooperativas de consumo.
En este contexto, y dada la importancia que tienen para el desarrollo local, el cooperativismo es una materia que se enseña a los estudiantes de Ingeniería Agronómica y Medicina Veterinaria de la Universidad de O’Higgins, como detalla Alejandra Valencia, docente del electivo en Asociatividad y Cooperativismo Agropecuario de ECA3. “El cooperativismo como principio universal incluye la educación y formación como uno de los pilares fundamentales, y la UOH, consciente de este valor, ha integrado el cooperativismo agropecuario como parte de la formación de sus estudiantes de agronomía y veterinaria”, sostiene.
Detalla –además- que la preparación en cooperativismo del sector agropecuario permite a los estudiantes enfrentar los desafíos de un sector productivo “altamente atomizado en Chile y donde los pequeños agricultores tienen una alta participación, es decir, controlan -según cifras de ODEPA- el 54% de la producción de hortalizas, el 30% de las viñas viníferas, el 94% de la producción caprina, el 76% de la producción de miel, lo que hace a la asociatividad empresarial un elemento necesario para la competitividad de este sector agroalimentario”.
Así es que los futuros profesionales de ECA3 egresan con “conocimientos adquiridos que les permiten brindar apoyo y asesoramiento a las cooperativas campesinas y agropecuarias, contribuyendo a su fortalecimiento y desarrollo sostenible”, señala la docente.
En cifras y trabajo pro cooperativas
Según antecedentes de la División de Asociatividad y Cooperativismo de la Subsecretaría de Economía y Empresas de Menor Tamaño del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, están registradas -a nivel nacional- 1.728 cooperativas vigentes y activas; de ellas, 184 son cooperativas agrícolas, 162 son agropecuarias y 155 son campesinas y, en forma conjunta, representan el 30% de las cooperativas a nivel nacional, detalla Alejandra Valencia.
En la Región de O’Higgins existen un total de 93 cooperativas vigentes y activas, con 110.218 socios. De ellas, 8 son cooperativas agrícolas, 9 son cooperativas agropecuarias y 11 son cooperativas campesinas, que de manera conjunta representan el 30% a nivel regional y el 5,6 % de las cooperativas agrarias a nivel nacional.
Aporte UOH
La Universidad de O’Higgins, junto con incorporar el cooperativismo en la formación de sus estudiantes, considera la participación de las cooperativas locales en sus proyectos de investigación. Un ejemplo de ello, es el trabajo que desarrolla la académica del ICA3, Claudia Foerster, quien lidera el proyecto FIC «Transferencia de un Modelo de Inocuidad Agroalimentaria Regional», cuyo objetivo es diseñar e Implementar un modelo de inocuidad alimentaria habilitante para desarrollar un sello que permita el acceso a mercados competitivos en la Región de O’Higgins.
“El proyecto reconoce la importancia de la asociatividad en la agricultura familiar y en la pequeña agricultura y busca que el sello que se cree, permita a las cooperativas trabajar en adoptar criterios de calidad que les permitan tener mayores ganancias y diferenciar a aquellos productores que hacen las cosas bien”, sostiene la académica.